El régimen cubano niega la posibilidad de un apagón total, afirmando que las desconexiones son programadas para equilibrar el déficit energético. La crisis se atribuye a limitaciones técnicas y al embargo estadounidense.

La víspera, la afectación eléctrica en la isla alcanzó un máximo de 1,727 MW, una cifra superior a los 1,619 MW pronosticados, una tendencia reiterada que pone en duda la fiabilidad de los partes emitidos por la UNE.

Las autoridades celebran avances en energías renovables mientras la población denuncia la falta de resultados concretos.

El régimen cubano admite que los parques solares no resolverán el déficit energético por sí solos. Con 92 parques previstos hasta 2026, se busca mitigar apagones, aunque la situación sigue crítica.