Uno de los ladrones es cliente del local. Le dispararon al tatuador, le robaron un Rolex de $30,000, una cadena de $20,000 y dos pulseras y huyeron en su auto.

El hombre iba caminando dando tumbos hasta que se cayó y los vecinos se percataron de que le brotaba sangre del estómago.

La Policía le dijo a la señora que no podían hacer nada, que no se preocupara, que como sus hijos están en el extranjero ella seguirá recibiendo ayuda.

"Si yo tengo que darle un golpe a una mujer para quitarle un teléfono para alimentar a mis hijos, yo me ahorco".

Este tipo de incidentes no es aislado, sino que forma parte de una tendencia preocupante que se extiende por diferentes carreteras y autopistas del país, e incluso al interior de las ciudades.

El joven confesó que pasó la peor noche de su vida y que no hubo que lamentar consecuencias gracias a la ayuda de un vaquero estadounidense.

La víctima aseguró que los atacantes se presentaron en su vivienda con balines de hierro, piedras y armas blancas.

Esta persona asegura que fue brutalmente atacado dentro de su propia casa, cuando estaba descansando con su esposa y sus hijos pequeños.

Solo uno de los agresores fue capturado, dos de ellos aún permanecen prófugos, dejando a los residentes en estado de alerta.

"Él sigue enfocado en su rehabilitación hasta ver dónde puede llegar. Lo de Lester es una lesión medular C5 incompleta", recordó el padre del joven.