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Quieres ver la evolución del Bolívar (moneda nacional Venezolana) a lo largo de los años, hasta llegar a la hiperinflación de hoy día?
No sé qué me dice que Cuba le sigue los pasos.
En 1971, Estados Unidos no se quedó sin dinero, sino sin oro para canjear por dólares en manos extranjeras. El problema no era la insolvencia interna, sino la convertibilidad internacional. Bajo el sistema de Bretton Woods, el dólar estaba vinculado al oro a 35 dólares la onza, y los gobiernos extranjeros podían intercambiar sus excedentes de dólares por reservas de oro estadounidenses. A finales de la década de 1960, Estados Unidos había impreso y exportado muchos más dólares de los que podía respaldar con oro, una consecuencia directa de la financiación tanto de la guerra de Vietnam como de los programas de la Gran Sociedad.

Francia, bajo el mandato de De Gaulle, desafió la situación y comenzó a exigir envíos físicos de oro a cambio de sus dólares. Otras naciones manifestaron intenciones similares. La administración Nixon no respondió con una suspensión de pagos en el sentido convencional, sino suspendiendo unilateralmente la convertibilidad, diciéndole al mundo: «Pueden quedarse con sus dólares, pero no con el oro».

Y sí, eso fue un incumplimiento de promesa. Pero es fundamental señalar que, para entonces, los particulares ya no podían canjear oro. Desde 1933, tras la Orden Ejecutiva 6102 de Roosevelt, los ciudadanos estadounidenses tenían prohibido poseer o canjear lingotes de oro. Solo los bancos centrales y un puñado de grandes instituciones podían hacerlo. El oro se había convertido en un instrumento de garantía entre soberanos, no en un patrón monetario privado.

Francia podría haber intensificado el conflicto —diplomática o militarmente— pero optó por no hacerlo. No valía la pena una guerra por lingotes. Mientras tanto, el dólar se convirtió en la moneda de reserva global de facto, respaldada por los precios del petróleo, la superioridad militar y la inercia, más que por el oro en sí. Los estadounidenses comunes nunca percibieron un colapso funcional porque su oferta monetaria interna —aún denominada en dólares— siguió circulando.

Así pues, sí, Estados Unidos incumplió su promesa del oro. Pero el «impago» fue geopolítico, no fiscal. Las naciones que poseían dólares quedaron atrapadas en un sistema del que no podían escapar sin que sus economías colapsaran. El resultado fue un cambio global de un sistema respaldado por activos a uno respaldado por crédito. El dólar sobrevivió; la integridad, no.

¿Por qué no iba a subir la bolsa? Piénsenlo. Estados Unidos acababa de decirle al resto del mundo: «Nos quedamos con el oro y el dinero». Francia, Alemania, el Reino Unido: todos tenían grandes cantidades de dólares que se suponía que podían canjearse por oro. De la noche a la mañana, esos derechos se volvieron inútiles. Estados Unidos, en la práctica, eliminó su deuda externa con una sola declaración: no vamos a pagar.

A nivel interno, nada cambió. Los estadounidenses comunes no podían canjear oro de todos modos; ese derecho había desaparecido hacía décadas. Pero a nivel internacional, el balance se invirtió. Estados Unidos conservó todo el oro en Fort Knox, mantuvo en circulación global los dólares que había impreso y convirtió lo que era un pasivo —los derechos sobre dólares en manos extranjeras— en un activo no recíproco.

Eso no es una crisis; es una transferencia de riqueza. Billones de dólares en obligaciones externas simplemente desaparecieron, y Estados Unidos emergió con su oro y su poder adquisitivo intactos. Cuando se saldan las deudas con el resto del mundo sin enfrentar represalias militares ni comerciales, los mercados no colapsan, sino que celebran. Wall Street entendió perfectamente lo que había sucedido: Estados Unidos había entrado en default con una deuda al alza.

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S. Tominaga, alias CSW
12 de noviembre de 2025
https://x.com/CsTominaga/status/1988571694152483314?t=K4hiVrzS-NwzILA9amu-vQ&s=19

https://t.me/S_Tominaga/4995
Y si crees que un estándar Bitcoin cambiaría esto de alguna manera, estás equivocado. La historia no deja de repetirse solo porque le hayas añadido el término "descentralizado". Se construirá una enorme cantidad de crédito sobre el sistema, se acumularán muchísimas obligaciones y, cuando llegue el momento de rendir cuentas, sucederá lo mismo: te perjudicarán.

Los gobiernos no cumplen sus promesas cuando el costo de hacerlo amenaza su control. Cambiarán las reglas, reescribirán las definiciones o redefinirán el estándar mismo, todo mientras insisten en que es por "estabilidad". Puedes llamarlo moneda fiduciaria, puedes llamarlo Bitcoin, pero la lección es la misma: cuando el poder se enfrenta a la rendición de cuentas, el poder gana.

Bienvenidos al funcionamiento de los gobiernos.

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S. Tominaga, alias CSW
12 de noviembre de 2025
https://x.com/CsTominaga/status/1988571694152483314?t=K4hiVrzS-NwzILA9amu-vQ&s=19

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Víctimas de la DANA en el municipio de Paiporta han convocado una manifestación para el próximo 20 de noviembre a las 19.30 horas, frente al Ayuntamiento, con el objetivo de exigir responsabilidades políticas al Gobierno de Pedro Sánchez por su gestión tras las inundaciones del pasado 29 de octubre de 2024.

https://gaceta.es/espana/victimas-de-paiporta-convocan-una-manifestacion-multitudinaria-para-exigir-la-dimision-de-sanchez-por-su-gestion-de-la-dana-20251111-0219/
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JUST IN: 🇺🇸 President Trump says crypto "takes a lot of pressure off the dollar. It does a lot of good things."

"We're making the US the #Bitcoin superpower, the crypto capital of the world".
Forwarded from CSW S. Tominaga (2024 07) fin COPA (Ramon Quesada.🇻🇪 🗽)
Estamos en guerra, aunque ningún clarín lo anuncie y ningún periódico se atreva a nombrarlo. Es un conflicto que no se libra en trincheras ni en parlamentos, sino en la silenciosa arquitectura de los sistemas: protocolos, registros, canales y la maquinaria invisible mediante la cual el poder se disfraza de comodidad. Es una guerra por el alma del ciudadano, por la preservación del individuo frente a una aristocracia digital en ascenso, ávida de convertir a la humanidad en inquilinos de un mundo construido para cosechar su obediencia.

La batalla se libra entre dos visiones de la existencia. Por un lado, el antiguo ideal: el individuo como soberano, la mente como dueña de su destino, la libertad como derecho moral inalienable que ninguna institución puede menoscabar. Por otro, el reluciente monolito del tecnofeudalismo: un nuevo orden donde las corporaciones se disfrazan de benefactoras mientras afianzan las cadenas de la dependencia, perfeccionando el arte de la dominación con la elegancia del silicio y la precisión de los registros contables. En este mundo, ya no eres un ciudadano. Eres un súbdito. Tu libertad no se reconoce, solo se tolera. Tus decisiones no te pertenecen, sino que son gestionadas por entidades que se autoproclaman visionarias mientras transforman silenciosamente la civilización en un laboratorio de arrendatarios sumisos.

La tragedia no reside en que esta transformación nos sea impuesta, sino en que sea bien recibida. Existe una seducción en la comodidad, en el adormecimiento narcótico de la delegación. El ciudadano medio, agotado por las exigencias de la supervivencia, se convence fácilmente de que ceder el control es progreso. «Que Square se encargue», dice. «Que Coinbase lo proteja. Que los hubs de Lightning lo gestionen». No ve las barreras que se forman a su alrededor, porque brillan con el pulido de la conveniencia. Sin embargo, cada capa de comodidad es también una capa de control, y cada concesión hecha a estos intermediarios es una pequeña incisión en la carne de la soberanía personal.

Las entidades que dan forma a este futuro —Square, Coinbase, los cárteles de custodia de Lightning, MicroStrategy lacada en piedad corporativa— no son arquitectos de la libertad. No desean un mundo donde los individuos conserven sus propias claves, liquiden sus propias transacciones o ejerzan autonomía sin permiso. Su objetivo es mucho más simple: replicar el antiguo sistema bancario con una nueva estética, adornado con terminología criptográfica para disimular que nada ha cambiado. Quieren un mundo donde se «use» Bitcoin sin tocarlo, donde las transacciones se realicen dentro de sus bases de datos, donde el saldo no sea un derecho, sino un contrato de arrendamiento revocable a voluntad.

Dirán que esto es eficiente. Dirán que esto es moderno. Dirán que este es el único futuro viable. Lo que no dirán es que, en este futuro, Bitcoin ya no es el intercambio de efectivo entre individuos libres. Se convierte en una mercancía gestionada por custodios que la inflan, la reservan fraccionadamente y la transforman en un derivado que solo ellos pueden liquidar. Cerrarán canales cuando les plazca, los abrirán cuando les convenga e informarán de cada movimiento a cualquier autoridad que lo exija. A esto lo llamarán innovación. En realidad, es la resurrección de todo aquello de lo que la humanidad intentó escapar.

Cuando los centros Lightning crezcan —como inevitablemente sucederá— no se convertirán en enrutadores neutrales. Se convertirán en bancos. Y los bancos no liberan. Monitorean. Registran. Gravan. Imponen. Obedecen. Y bajo su dominio, cualquier atisbo de valor es etiquetado, indexado, almacenado y retransmitido. El panóptico se completa, no por la tiranía, sino por la silenciosa aquiescencia de una población que olvidó lo que significa ser libre.

1/2 S. Tominaga, AKA CSW
15 de noviembre de 2025
https://x.com/CsTominaga/status/1989532333964505221?t=B80Fj1NLXjELXkIhMbkoZQ&s=19

https://t.me/S_Tominaga/5008
Audio
Ventriloquia del Vacío: La Voz Fabricada del Mercado
(15 Min)

El texto, extraído de un Substack de Craig Wright titulado "Ventriloquising the Void: How Economies Pretend to Speak," argumenta que el concepto de "el mercado" no representa un sistema de información racional, sino una prótesis psicológica creada por la sociedad para lidiar con la incertidumbre y la volatilidad. El autor sostiene que la idea de que "el mercado ha hablado" es una ilusión antropomórfica, una forma de ventriloquia donde los actores financieros proyectan su confusión y sus emociones en el movimiento de los precios, interpretando este ruido agregado como si fuera una voz o una guía...

Fuente:
Ventriloquising the Void: How Economies Pretend to Speak
A Study in Aggregated Delusion, Psychological Substitution, and the Fabrication of Market Voice in Digital Economies
Craig Wright
Nov 15, 2025
https://open.substack.com/pub/singulargrit/p/ventriloquising-the-void-how-economies

https://t.me/CSWSubstark/437
New emails from the Epstein Estate, released this week by the House Oversight Committee, reveal that the financier and convicted sex-offender Jeffrey Epstein assisted MIT Media Lab Director Joichi Ito in the funding of MIT’s Digital Currency Initiative, and that at least some of the funding was directed towards Bitcoin Core development. https://www.therage.co/epstein-bitcoin-core/
Esta es la parte que nadie se atreve a decir en voz alta: lo que se ve en esa captura de pantalla de Lightning Paper no es un error, es el plan de negocios. La frase está ahí, bien clara: «Con el tiempo, gracias a las optimizaciones, la red se parecerá mucho a la red de bancos corresponsales o a los proveedores de servicios de Internet de primer nivel». Ese no es el lenguaje de un sistema de efectivo entre pares. Es el plan maestro para una nueva jerarquía.

Y esa jerarquía es precisamente lo que los sospechosos habituales ansían. Este es el diseño que Elon Musk, Square, MicroStrategy y los demás persiguen: no un mundo donde tú y yo realicemos transacciones directamente, sino un mundo donde ellos se posicionen como los bancos corresponsales de un imperio monetario sintético. No quieren «usar» Bitcoin; quieren intermediar en él. Quieren ser la columna vertebral a la que hay que pagar para acceder, los amos de la liquidez de primer nivel que gestionan tu vida a través de sus balances.

Ahora mismo lo llaman gancho. Te envuelven en la dulce promesa de pagos "sin comisiones", enrutamiento "gratuito" y una magia sin fricciones. Deslizas, tocas, pulsas, y en alguna diapositiva de marketing todo parece generoso, visionario y benevolente. Pero este sistema no está diseñado para funcionar a gran escala. Es imposible integrar una infraestructura financiera global a una cadena base limitada a un TPS de un solo dígito y mantener la ilusión de que será "gratuito para siempre". Alguien paga, o todo el sistema se derrumba.

Hoy, las corporaciones pagan. Absorben el costo, lo llaman "adquisición de usuarios" y sonríen para las cámaras. Mañana, cuando Lightning haya terminado de transformarse en la red de banca corresponsal que sus propios creadores prometieron, tú pagarás. Pagarás en comisiones, en diferenciales, en deslizamientos, en custodia forzosa, en la silenciosa y constante pérdida de cualquier derecho real a liquidar en la cadena por tu cuenta. Los "canales" les pertenecerán a ellos. Tú simplemente alquilarás el acceso.

Esta es la belleza del engaño: te venden una historia sobre la libertad entre pares mientras construyen una topología que, matemáticamente, excluye al usuario promedio de cualquier acceso a la capa base. A gran escala, la mayor parte de la humanidad jamás abrirá un canal directamente, ni lo cerrará, ni resolverá sus propias disputas. La capa en cadena se convierte en un tribunal privado para los gigantes, mientras que el resto del mundo intercambia pagarés dentro de las redes corporativas y lo llama liberación.

Que Square diga hoy que "es gratis" no es un compromiso; es un anzuelo. La topología Lightning descrita en ese documento —la que "se parece mucho a la red de banca corresponsal"— no termina con altruistas emprendedores tecnológicos asumiendo todos los costos eternamente. Termina con un puñado de centros jerarquizados que cobran una cuota por cada interacción seria con el libro mayor, porque el libro mayor en sí es demasiado escaso para que alguien más que ellos pueda acceder a él.

Así que, cuando vean esa imagen del artículo original de Lightning, no la consideren una mera digresión académica. Tómenla como una confesión. Revela con exactitud adónde conduce este camino: alejándonos de un mundo donde las personas gestionan sus propias transacciones y acercándonos a un mundo donde alquilamos nuestra existencia monetaria a unos pocos intermediarios industriales con logotipos corporativos.

La cuestión no es si hoy parece barato. La cuestión es qué sucederá cuando la curva de crecimiento se detenga, los subsidios terminen y la estructura que han erigido silenciosamente a nuestro alrededor se consolide. El cambio no se produce de forma repentina y espectacular. Se va tejiendo bajo nuestros pies, transacción "gratuita" a transacción, hasta que despertemos y nos demos cuenta de que ya no estamos en terreno propio.

S. Tominaga, también conocido como CSW
15 de noviembre de 2025
https://x.com/CsTominaga/status/1989514754805960894?t=oTDHZxwHypI8dLWUhClcqA&s=19

https://t.me/S_Tominaga/5026