La protesta se enmarca en una ola de manifestaciones en el oriente de Cuba ante la crítica situación del sistema eléctrico nacional, con afectaciones que superan los 1,500 MW diarios.

Estudiantes de Guantánamo y Cienfuegos protestaron pacíficamente por apagones y condiciones precarias en sus universidades. Denuncian amenazas e intimidación por parte de las autoridades del régimen.

El pueblo de Santa Rita, en Granma, protestó contra los apagones y la miseria, desafiando la censura del gobierno cubano. El descontento crece en toda la isla ante la crisis económica.

Las protestas en Jiguaní reflejan el descontento social en Cuba por la falta de agua, alimentos y energía. La respuesta oficial minimiza el malestar, mientras el pueblo exige cambios y libertad.

Las pintadas contra el régimen se hicieron pocos días después de que vecinos de Manzanillo salieran a la calle en protesta por apagones de más de 20 horas.