La mercancía les fue decomisada y vendida a la población “a precios asequibles”.

La escena fue grabada por ciudadanos en plena calle. El carretillero salió más tarde a las redes a "defender a su amigo".

El hombre le dio dos galletas a una inspectora y a otro le pegó con la pesa de una balanza y le causó lesiones no graves que requirieron asistencia médica.

Los ciudadanos reaccionaron indignados a estas acciones injustificadas hacia los trabajadores por cuenta propia, entre estos los llamados carretilleros.

El régimen cubano intensifica su control sobre la economía informal, apuntando a kioscos y vendedores en carreteras por ilegalidades como evasión de impuestos y violaciones urbanísticas, impactando negativamente la economía.

El incidente, grabado y difundido en redes sociales, ha generado una fuerte reacción en la opinión pública.

Se detectaron violaciones de precios, venta de productos vencidos y ejercicio ilegal de cuentapropismo. Las sanciones incluyeron la venta forzosa a precios oficiales.

Un carretillero en La Habana regaló su mercancía antes de que la policía la decomisara, reflejando la desesperación ante la escasez de alimentos.